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26.07.2010
Después de meses de especulación y artimañas desenfrenadas, las elecciones locales en la entidad han pasado de la incertidumbre a la certeza y a la celebración del ciudadano, más no así por parte de los partidos perdedores (PRI-PVEM). Nos quedan más especulaciones para la transición y para pasar la febril cábala sobre culpables, traidores, renuncias y las destituciones de militantes… ¿Habrá que temer la imposición, otra vez?.
La calidad y densidad de “la política democrática” junto con los resultados finales, están más que expresadas con la decisión de la sociedad en la jornada electoral del 4 de julio. SÍ, la decisión del cambio con un periodo inédito de gobierno (dos gobiernos y dos gobernadores en transición de 6 meses). Sin lugar a dudas la solidaridad social se impuso, aunque no debe ser fácil digerir la derrota y mucho menos, reorganizar a los y las militantes del partido predominante por 80 años, el PRI, por lo que la gente dice ahora que espera se haya entendido que en Puebla, “la adhesión ciudadana no se regatea ni se violenta”, porque la gente ya no es la de antes y no está dispuesta a continuar sola. La historia poblana se reencontró y sigue marcando un parteaguas en la lucha por un mundo menos corrupto y unilateral (exclusivo de gobierno), así como más justo, libre, democrático y con transparencia en su proceder.
La tarea no es fácil, pues en todo este entortado, no sólo se ha proyectado la opinión pública y la poca sobriedad que reviste la posición del Poder Ejecutivo, objetivos que conducían sin remedio a la exhibición de los excesos del populismo de sus predecesores y correligionarios. Si el poder reinante hubiera llevado a cabo esa reconstrucción en el contexto de una sociedad partidizada al inicio de su gobierno, se pudo haber superado la polarización que se propiciaron en las campañas electorales y la disputa poselectoral, para así, lograr más de lo obtenido.
Esta experiencia sin lugar a dudas ha dejado una huella profunda en las actitudes de los gobernantes, máxime ahora que se aproxima el encargo presidencial, y que de manera paradójica, en Puebla las fracturas partidistas y de la opinión ciudadana se han incrementado en una visión de gobierno diferente y que por ésta ocasión, será en la entidad, estrictamente panista. El pueblo así lo intuyo y así lo demandó, de ahí que la respuesta a los llamados forzados de unidad del priísmo, frente al hartazgo, hayan resultado en éste 2010… llamarada de petate, ¡por ser pólvora mojada!.
El Riesgo. El temor ya blinda las cuentas públicas de los poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial, se ha exhortado a la LVII Legislatura buscar la reforma a la Constitución de Puebla para aprobar los ejercicios fiscales del 2010, lo triste, es que de alguna manera serán revisados aun después de la transición del poder, con el objetivo de que durante el gobierno de Rafael Moreno Valle Rosas sean utilizadas las desviaciones en los comicios 2012, y en su caso, mediante nuevas argucias legales, se proceda en contra de alguno ó de los tres poderes y sus dirigentes.
Asimismo, por el momento se esperan las modificaciones al reglamento del Órgano de Fiscalización Superior y a la Ley Orgánica del Congreso, aprovechando en ésta ocasión, la aplastante mayoría legislativa priista y no es de dudarse que con la lección aprendida, el día de mañana también sean aprobadas por los nuevos diputados (a partir del 15 de enero con mayoría panista), algún “desblinde” de las cuentas públicas de Mario Marín y sus instituciones administrativas. Ante ello la gente ya predice, “Si hoy se puede reformar el artículo 50 y a diversas leyes en el Congreso”, no habrá nada que evite se haga lo mismo, el día de mañana con la mayoría panista… Sí la regla la insertan hoy, con ello no se evitará la mano panista en el futuro para hacer las reformas adoc a las leyes secundarias que revierta lo hecho por el poder marinista, y en su caso, ampliar el ejercicio para el Legislativo y el Judicial.
Lo que la gente cuenta es que con las reformas buscarán blindar ¡todo!, a excepción del último mes de la gestión de Mario Marín, así como de la actual Legislatura y del Poder Judicial, pero se pregunta ¿la intentona para las modificaciones a la Normatividad del Estado de Puebla, cerrará el paso a cualquier intento por proceder en contra de Marín Torres o su administración, y evitar que los partidos hoy de oposición, puedan unirse para actuar legalmente en su contra, por el mal manejo de los recursos públicos?.
Lo que en el barrio se comenta es que tal proceder, evidencia el miedo por el proceder del marinismo, del poder judicial y de sobre manera del Ejecutivo y no olvidan que después del resultado, la perspectiva ciudadana en corto, dará más fruto de rechazo para el 2012, SÍ, más que las mismas auditorias u.. ¡otro tipo de fiscalización!.
Y en cuanto a los priistas agraviados, defraudados por la inducción y perdida de la esperanza marinista, la debacle actual por el poder del partido en donde la mano centralista habrá de dejar mucho que decir, ¿no queda entre líneas?, máxime al echarle la culpa a alguien (como se estila en la política), que tan sólo marcará figuras de traición, de vende patrias, y otro tipo de referencias, como los de la estadística pura. SÍ, el PRI poblano no puede hacer más, a menos que, como dice la canción ranchera… “Se bajen de la nube (soberbia), en la que andan”.
Los tiempos se acaban y “existe la urgencia de encontrar culpables del desastre priísta”, para buscar las alternativas de permanencia dentro del presupuesto y en su caso, engrandecer nuevamente a personajes políticos que siempre han sido actores de reparto, pero que ahora aun ello, se duda de la posibilidad de modificar el rumbo del partido y del estado… Sí, reinstalar la visión patrimonialista con las que se ejerce el poder desde el sistema político.
Lo cierto al final de cuentas es que la gente no les dio su respaldo, la soberbia predominó sobre la razón y los candidatos impuestos, no lograron la aceptación ni de los militantes ni del ciudadano común y que el mecanismo utilizado, tan sólo se ocupó del votante por naturaleza o interés priista. “Los votos no fueron suficientes, la gente le retiró su confianza al PRI y al marinismo y estos últimos, se olvidaron que en Puebla se ha luchado durante 100 años hasta la muerte, por el “sufragio efectivo no reelección’.
Ahora, la revuelta llega al interior del PRI estatal, hay mucho colados, interesados e invitados a la fiesta de la sucesión del Titular y lo grave es que todos quieren el pastel, marinistas, melquiadistas, alcalistas, dogeristas y otros que siente que su capacidad de maniobra individual y de grupo, es más que efectiva para dirigir la nueva agrupación (“la de oposición”), olvidándose nuevamente de la intención ciudadana que dice poder imprimir una política democrática que involucre por un lado el bien común y por el otro, a todos los agentes políticos, económicos y en general, los Corporativos, para asumir su responsabilidad compartida y se evite que en estos seis años siguientes, sean como el nivel nacional, “el partido de la obstrucción, en nombre de la democracia”… Ja-ja, al menos, “eso dice la gente de mi barrio”.
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