Puebla, ante la imposición o la realidad ciudadana
ftraconis@censura.org.mx
25.01.2010
Todo lo que hemos vivido los poblanos en los últimos años nos obliga a ver más allá de nuestras narices, de nuestros intereses personales o de grupo. El Estado de Puebla y los poblanos no pueden seguir en la mediocridad, pues en ella se hacen fuertes la mentira y la injusticia. La actuación de la mayoría de los políticos y la historia sociopolítica de Puebla nos coloca en un escenario privilegiado y ante una decisión de gran trascendencia en este 2010, que debemos analizar hasta sus últimas consecuencias y no evadir nuestra responsabilidad histórica.
Para los plebiscitos de julio de 2010, nuestro voto es un voto que irá más allá que decidir la elección de una autoridad administrativa. Para algunos poblanos las elecciones de gobernador, 217 Alcaldías y 27 diputaciones locales, se toparán irremediablemente con un momento de reflexión: ¿hay que ir a votar aunque sea por la opción menos mala ó me abstengo, dejando que otros decidan por mi?.
Ante ello, antes de enfrentar esa duda, primeramente tendríamos que confrontar y definir los nombres de los candidatos, su perfil laboral, partidista, y político, y analizar la realidad que viven el sistema político mexicano y los partidos. Verificar familiar y socialmente si los nombres implica liderazgos incompletos, e incluso muy dependientes y por tanto vulnerables a la hora de tener que escoger entre los intereses de la sociedad y los de determinados grupos, si en su sano entendimiento, la información que detentan les da la visión dentro de lo bueno y lo malo del término "Democracia", ¡vamos bien!. Pero sobre todo, comprender que de los partidos, existen informes suficientes no sólo para desconfiar, sino para cuestionar su calidad moral y utilidad en una democracia tan disfuncional como la poblana.
Anticipándonos a las horas previas al 4 de julio, cuando más de 3 millones de poblanos podrán acudir a elegir a sus nuevos gobernantes y representantes populares, creo que votar por la opción menos mala será una alternativa muy atractiva para los que están conscientes de los peligros que implica apoyar al PRI, pero también de las ofertas panista o de la alianza contra el marinismo. Pero obvio, tras esa decisión hay un gran riesgo pues por primera vez, en el caso de una o dos generaciones de poblanos, el voto tendría implicaciones y consecuencias muy profundas.
Consiente estoy que es difícil responder por si solo a estas preguntas, pero creo que vale la pena cuestionarnos. Pese a las implicaciones que nos lleva a analizar esa posibilidad, hasta aquí todo podría incluso entrar dentro del margen de tolerancia que ofrece cualquier proceso democrático, más no obstante, "Lo que la gente se pregunta", ¿No sería mejor dedicarnos a formar los liderazgos que necesitamos en lugar de lidiar con la mediocridad?... Lo más sencillo, lo más tradicional, es rehuir a la duda e irse por el camino fácil, que es hacer lo que más nos conviene, aunque condenemos el hoy en que vivimos y el mañana de las generaciones que vienen detrás.
¡POBLANO!... Antes de pensar en partidos y permitir que te llenen la cabeza de mentiras basadas en la esperanza…¡PIENSA EN TÚ FAMILIA, EN PUEBLA Y EN TI,!... Y con esa base unilateral, ¡DECIDE LO QUE QUIERES!... ¡TOMA TÚ DECISIÓN PARA VOTAR POR LA DEMOCRACIA, LA JUSTICIA Y CONTRA LA CORRUPCIÓN!...
ftraconis@censura.org.mx
25.01.2010
Todo lo que hemos vivido los poblanos en los últimos años nos obliga a ver más allá de nuestras narices, de nuestros intereses personales o de grupo. El Estado de Puebla y los poblanos no pueden seguir en la mediocridad, pues en ella se hacen fuertes la mentira y la injusticia. La actuación de la mayoría de los políticos y la historia sociopolítica de Puebla nos coloca en un escenario privilegiado y ante una decisión de gran trascendencia en este 2010, que debemos analizar hasta sus últimas consecuencias y no evadir nuestra responsabilidad histórica.
Para los plebiscitos de julio de 2010, nuestro voto es un voto que irá más allá que decidir la elección de una autoridad administrativa. Para algunos poblanos las elecciones de gobernador, 217 Alcaldías y 27 diputaciones locales, se toparán irremediablemente con un momento de reflexión: ¿hay que ir a votar aunque sea por la opción menos mala ó me abstengo, dejando que otros decidan por mi?.
Ante ello, antes de enfrentar esa duda, primeramente tendríamos que confrontar y definir los nombres de los candidatos, su perfil laboral, partidista, y político, y analizar la realidad que viven el sistema político mexicano y los partidos. Verificar familiar y socialmente si los nombres implica liderazgos incompletos, e incluso muy dependientes y por tanto vulnerables a la hora de tener que escoger entre los intereses de la sociedad y los de determinados grupos, si en su sano entendimiento, la información que detentan les da la visión dentro de lo bueno y lo malo del término "Democracia", ¡vamos bien!. Pero sobre todo, comprender que de los partidos, existen informes suficientes no sólo para desconfiar, sino para cuestionar su calidad moral y utilidad en una democracia tan disfuncional como la poblana.
Anticipándonos a las horas previas al 4 de julio, cuando más de 3 millones de poblanos podrán acudir a elegir a sus nuevos gobernantes y representantes populares, creo que votar por la opción menos mala será una alternativa muy atractiva para los que están conscientes de los peligros que implica apoyar al PRI, pero también de las ofertas panista o de la alianza contra el marinismo. Pero obvio, tras esa decisión hay un gran riesgo pues por primera vez, en el caso de una o dos generaciones de poblanos, el voto tendría implicaciones y consecuencias muy profundas.
Consiente estoy que es difícil responder por si solo a estas preguntas, pero creo que vale la pena cuestionarnos. Pese a las implicaciones que nos lleva a analizar esa posibilidad, hasta aquí todo podría incluso entrar dentro del margen de tolerancia que ofrece cualquier proceso democrático, más no obstante, "Lo que la gente se pregunta", ¿No sería mejor dedicarnos a formar los liderazgos que necesitamos en lugar de lidiar con la mediocridad?... Lo más sencillo, lo más tradicional, es rehuir a la duda e irse por el camino fácil, que es hacer lo que más nos conviene, aunque condenemos el hoy en que vivimos y el mañana de las generaciones que vienen detrás.
¡POBLANO!... Antes de pensar en partidos y permitir que te llenen la cabeza de mentiras basadas en la esperanza…¡PIENSA EN TÚ FAMILIA, EN PUEBLA Y EN TI,!... Y con esa base unilateral, ¡DECIDE LO QUE QUIERES!... ¡TOMA TÚ DECISIÓN PARA VOTAR POR LA DEMOCRACIA, LA JUSTICIA Y CONTRA LA CORRUPCIÓN!...
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