El hartazgo, la desesperación e impotencia se encuentra todos los días en la sociedad poblana ante el incesante incremento del desempleo, modalidades nuevas de impuestos y el alza de precios en el mercado. Se aúna a lo anterior como desayuno cotidiano, el estrés y desencanto que genera la lluvia de noticias contradictorias y hasta a veces perniciosas sobre “candidatos de las élites del poder” y “otros protagonistas políticos viciosos de la supervivencia con el presupuesto del estado”, aspirantes y ansiosos a las ¡candidaturas del próximo año!.
Por la falta de autoridad y sensibilidad partidista ante este año de desasosiegos, no cabe duda que se esta rompiendo como nunca la paz y tranquilidad social y sobre todo, se menosprecia a los poblanos y la necesidad de tener una visión progresista de estado y el cumplimiento de tantos pactos sociales que se han signado al respecto.
La existencia de una voluntad de mandar y la posibilidad de resistir, son los dos elementos que Michel Foucalt detalla entremezclados como la “Microfísica del Poder”.
Max Weber define al poder como la capacidad de imponer la voluntad a otra persona aún a costa de su resistencia.
Entre promesas que van y que vienen en épocas de comicios, las dirigencias partidistas tienen que hacer y respetar siempre un llamado a la pluralidad, a la apertura, a la unidad, a la mesura, ya que aún los procesos para los próximos plebiscitos del 2010 no han empezado ni legalmente ni estatutariamente, así que lo más sano para todos sería, que en Puebla nos enfoquemos ¡Todos! a que sea mejor y encuentre el "camino del desarrollo y del empleo”. Que, tanto partidos como sociedad, busquen realmente a los hombres de resultados, hombres de compromisos y hombres de palabra para que ¡contiendan en su oportunidad! por los puestos de gobernador, presidentes municipales y diputados locales.
No es nuevo el señalamiento, pero es importante precisar que la selección de candidatos se haga a través de un proceso democrático, es decir, ¡sin imposiciones!. Sin descalificaciones y con principios, que personas racionales y libres interesadas en promover su propio interés, aceptarían en una posición original de igualdad, de modo que defina los fundamentos de los términos de su asociación ¡por el bien común! y no por intereses de grupos.
Que se oiga claro y distante, pero sobre todo, que se “escuche y recuerde” que el derecho constitucional y la libertad esencial de los ciudadanos, sabemos, que es la libertad política, la libertad de expresión, de asociación, de conciencia y de pensamiento. No obstante ello, la crisis de la política que se vive en Puebla, ha alcanzado dimensiones notables.
Es un hecho que las élites del poder y el mercado gobiernan a voluntad, en tanto la sociedad se somete sin pelea y ofrece un triste espectáculo de desinterés, donde se combinan la corrupción, el canibalismo y la inoperancia. Por ello, una enorme mayoría de poblanos cree y reafirma cada día más, que los políticos -o casi todos ellos- son ineficaces, corruptos, mentirosos, incompetentes y que sólo se representan a si mismo. Como antaño, “la clase política que se transforman en nuevos aristócratas”…. ¡Basta!... Por Puebla y los poblanos, hasta el final de los tiempos.
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