miércoles, 19 de mayo de 2010

El color y actitud del gato

“La importancia del color y la actitud del gato”.

ftraconis@censura.org.mx
16.05.2010

Es increíble e inaudito que ante la incapacidad de gobernar a través de la racionalidad política y administrativa, la congruencia y la honestidad, la justicia y la equidad, ahora se tenga que recurrir en los plebiscitos de Puebla 2010, a un discurso mesiánico y fundamentalista para justificar el fracaso de los proyectos incumplidos en el Estado. El único discurso observado hasta ahora, es la demagogia como artículo de fe, lo que demuestra el grado de descomposición social al que estamos llegando los poblanos en la entidad… No cabe duda, urge se realicen las confrontaciones públicas (debates), antes de que nos alcance el destino… ¡El mundial de futbol!.
Hoy hasta piden a Dios que los ilumine para hacer un buen gobierno, para trabajar en pro de los pobres, lo que sin duda hasta ahora el recurso demuestra políticamente lo patético de un candidato a gobernante o legislador quien soñado urgido de un acto divino, busca solucionar yerros totalmente humanos.
El fracaso de las costosas campañas mediáticas de difamación para doblegar al oponente, para ganar la preferencia electorera y el sobrado contubernio de algunos medios que como testaferros minimizan y cuestionan el posicionamiento de uno u otro partido contendiente, da lastima, hastío y desilusión ciudadana, ya que mientras ellas transcurren, la sociedad se hunde más en el desempleo, la pobreza extrema, la violencia, la migración a pesar del riesgo y la discriminación, la inseguridad y el narcotráfico a causa de salarios de hambre y temor.
Lo que los candidatos y sus partidos deben pensar, es el como reformar el actual modelo de desarrollo económico, social y humano integral de Puebla, por estar actualmente disfuncional e inequitativo a las necesidades de la sociedad poblana. Aunque no obstante ello, también es de reconocer que vivimos en una sociedad muy curiosa y poco participativa, se hace llamar democrática por “hacer ó poder tener elecciones democráticas”, es decir, “libres”; se dice plural e incluyente, tan sólo por el irrestricto respeto a la “libertad de expresión y manifestación de ideas”, aunque también se dice en contraposición, que es por que vivimos en un esquema diseñado fuera de los tiempos presidencialistas, sí, el de los tiempos de la “dictadura perfecta” en manos del PRI (Estado) y el PAN (Federalismo), dejando de lado el hecho de no reconocer cuando un candidato o partido pierde frente a otro y quien gana, debe gobernar para todos por igual… porque a final de cuentas, es el electorado quien les da la oportunidad para servir a la sociedad, y no así, para servirse.
La clase política es mala perdedora. La cultura política en la que vivimos hoy en día, es la de ganar como sea, sobre quien sea y costando lo que sea, sin importar lo que se dañe, que en este caso, hablo de la confianza y esperanza vertida por los ciudadanos. La percepción ciudadana en cuanto al caso de perder, es que siempre los políticos responsables buscan elegir un culpable (que no son ellos), y evitan al máximo admitir públicamente una derrota o error cometido (cínicos ó sin huevs), y fundamentalmente, no aceptan su proceder maquiavélico y mediático con el que actuaron frente a la sociedad… Sí, la sociedad que madura día con día en lo político y el acontecer de respuesta gubernamental.
En este sentido es incongruente también que en los mismos gremios partidistas existe el sectarismo y el linchamiento entre quienes “a pesar de la denominada unidad” y los que no lo hicieron en ese principio, la parte activa asume una postura intransigente de linchamiento que provoca la delicia del gobierno en el poder, cuando surte efecto el término clásico ¡divide y vencerás!.
También es interesante observar que ante la particularidad de estos comicios del 4 de julio, y que involucra las perspectivas del horizonte nacional 2012, la sociedad actual al igual que en los tiempos de la Revolución Mexicana, también señala que es pueblo y que solamente con la unidad, creatividad y sinceridad, se llegará lejos.
La condición ruinosa en la que se encuentra Puebla y los poblanos, se debe a la pobreza y miopía de sus elites en el poder; y que conste que no hablo de su pobreza económica, sino más bien, de la cortedad de miras y de visiones colectivas de largo alcance. Sí, en Puebla, así como en una buena parte de México, quienes gobiernan, los políticos y los legisladores están envueltos en una búsqueda egoísta, sí, en la aspiración de acumular grandes riquezas y poder rápidamente, sin prestarle atención a cuestiones éticas o humanas, e intentan con su actuar cotidiano, que alguien más cargue con las consecuencias negativas de tal manera de proceder.
Ciertamente que tenemos que culparlos de todos nuestros males como Estado y como país, por ser los de mayor responsabilidad, pero también cabe decir, que en esta responsabilidad no podemos dejar de pensar o eximir a los empresarios, a los líderes obreros y campesinos, al poder judicial, a los responsables de la seguridad pública, entre otros.
¿Quién primero, el huevo o la gallina?. La pregunta que se hace la gente parece ociosa, pero es una realidad que fuese quien fuese, se requiere romper el círculo vicioso, inhibido por el egoísmo y la complicidad, aunque tal rompimiento implique afectar intereses primordiales personales o de grupo. La caída de inversión productiva y por ende, del empleo y la competitividad, dígase lo que se diga, se debe a fundamentalmente a la falta de certidumbre jurídica, exceso de corrupción, y abuso de ciertos grupos y élites en el poder.
Ejemplos diversos los tenemos en la entidad y a nivel nacional, en cuanto al logró de elevar fortunas gracias al apoyo del gobernante en turno (compromisos adquiridos en campaña) y sus respectivas instituciones administrativas de su gobierno (corrupción directa con grupos afines), situación que no retribuye a la sociedad nada más que perjuicios, y más bien, vuelve la función una agresiva política monopólica, so pesada bajo el erario federal o las finanzas públicas y a favor de la riqueza personal, imagen y adquisición de mas poder.
Caso extremo del padecimiento lo vivimos cuando el reinado presidencial era totalitario, pero desde el año 2000, el reinado gubernamental tirano, es lo que nos resta. En este sentido existe la razón en cuanto a las referencias que se hacen con respecto a que el capital y el poder no tienen nacionalidad. De ahí la pregunta incesante del poblano común, “como mexicanos parecemos apátridas y tal parece que carecemos de árbol genealógico… De ahí la gran importancia de ejercer el derecho a votar y ser votado. Sí, ejercitar el derecho constitucional este 4 de julio… Lo contrario, será como hasta ahora, ¡mejor callar y no criticar!.

Retomando el caso de los empresarios poblanos, carecen de solidaridad para generar ciencia y tecnología, así como más vinculación y apoyo a la educación y formación de la juventud poblana. Puebla aún, es un Estado de filantropía raquítica, a diferencia de entidades federativas progresistas como lo es Nuevo León. Sí, algunos empresarios ejercen un peso excesivo que ha llevado al sistema gubernamental y político a extremos muy peligrosos para la armonía pública y la continuidad del desarrollo productivo de la entidad.

“No importa de que color sea el gato, siempre y cuando cace ratones”… Deng Xiao Ping

No hay comentarios:

Publicar un comentario